Ya hace un rato que nos encontramos en una democracia digital en donde no solamente nosotros, como empresa, emitimos mensajes y opiniones sino que nuestros clientes, proveedores, allegados, etc también emiten opiniones y valoraciones sobre nosotros.

Con las redes sociales y la alta penetración de internet cada vez somos más susceptibles a recibir críticas positivas, en el mejor caso, y negativas, que pueden provocarnos una fuerte crisis.

De esto se compone nuestra reputación digital. Debemos ser astutos y estratégicos a la hora de abrir un nuevo canal de comunicación ya que estamos poniendo a nuestra marca en el foro público.

Tenemos que ser hábiles para adaptarnos a los códigos planteados, conocer a nuestra audiencia y a nuestra competencia y contar con herramientas necesarias para monitorear el “buzz” que generamos.